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Manu Ochoa: lucha, dedicación y orgullo en las aguas bravas olímpicas

El relato de una madre sobre el esfuerzo y la pasión de su hijo en los Juegos Olímpicos.

El relato de una madre sobre el esfuerzo y la pasión de su hijo en los Juegos Olímpicos.

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Fecha: 09 de Agosto de 2024

Fuente: Rosa Fernández Carrera

Manu Ochoa, mi hijo olímpico

Por: Rosa Fernández Carrera, madre de Manu Ochoa

Desde hace años, he estado escribiendo noticias sobre el Club Deportivo Miño-Teixugos, intentando dar un poco de visibilidad a un deporte que es pura poesía sobre el agua: el piragüismo en aguas bravas. Hoy, como madre de Manu Ochoa, quiero compartir una historia más personal, la historia de mi hijo, un joven que ha luchado con fuerza y determinación para llegar a lo más alto, compitiendo en los recientes Juegos Olímpicos de París.

Manu comenzó su camino en este exigente deporte a una edad temprana, dejando nuestro hogar a los catorce años para entrenar en el centro de tecnificación. A los diecisiete, se trasladó solo a La Seu d’Urgell para continuar su preparación. Poco a poco, con el apoyo de su familia pero sin grandes recursos, Manu se abrió camino en la élite del piragüismo español. Lo hizo frente a competidores con más medios y conexiones, destacando siempre por su talento y dedicación.

Cuando el kayak cross se convirtió en modalidad olímpica, Manu vio una oportunidad de cumplir su sueño de participar en unos Juegos. Con estudio, técnica y una inmensa dedicación, logró su lugar en el equipo nacional, un logro que refleja años de esfuerzo y sacrificio. Sin embargo, las aguas bravas son impredecibles, y en París, esas aguas le jugaron una mala pasada.

En su primer día de competición, un golpe en la puerta ocho lo retrasó, terminando décimo entre los mejores del mundo. El segundo día, ganó su serie con claridad, avanzando entre los 32 mejores. En el tercer día, volvió a liderar su serie, clasificándose entre los 16 finalistas. Ya en los cuartos de final, enfrentándose a Joe Clark, el mejor del mundo, Manu ganó la carrera, pero una falta discutible en la puerta ocho lo dejó fuera de las semifinales, terminando en una honorable decimocuarta posición.

Como madre, me duele ver cómo algunos medios hablan de "precipitación innecesaria" en lugar de reconocer el increíble esfuerzo y la presión que soportó. Manu tuvo que arriesgar todo para mantenerse en la competición, sabiendo que un segundo lugar en esa serie lo habría dejado en una posición casi imposible de ganar en la siguiente ronda. Es fácil juzgar desde fuera, pero pocos comprenden lo que significa competir en un deporte tan complejo y desafiante como el kayak cross.

Esta será mi primera y última crónica escrita desde el corazón. Seguiré informando sobre el piragüismo en Tomiño, pero hoy, quería rendir un homenaje a mi hijo, Manu Ochoa, no solo como atleta, sino como la persona increíble que es.

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