Postales que unen generaciones: Tomiño reparte 614 mensajes de Navidad llenos de afecto

En Tomiño, la Navidad vuelve a convertirse en un puente entre generaciones. Un año más, la infancia y la juventud del municipio han llenado de cariño los buzones de las personas mayores gracias a una iniciativa intergeneracional que se ha consolidado como una de las más emotivas del calendario navideño local.

En esta edición, 614 vecinos y vecinas mayores de 85 años recibirán en sus hogares o centros de residencia una postal de Navidad y Año Nuevo personalizada, elaborada a mano por el mismo número de alumnos y alumnas de los centros de educación primaria de Tomiño y del IES Antón Alonso Ríos. Cada tarjeta es única y está pensada para que ninguna persona mayor del municipio se quede sin un mensaje de afecto durante estas fechas tan señaladas.

El proyecto llega tanto a las personas residentes en centros de mayores como a aquellas que viven en sus domicilios particulares o son usuarias del Servicio de Ayuda en el Hogar, garantizando así que el mensaje alcance a toda la población sénior del municipio.

La iniciativa nació en el año 2020, en pleno contexto de la pandemia, impulsada por el Consello da Infancia e Adolescencia de Tomiño, Voces Novas, y desde entonces se ha mantenido y fortalecido como un ejemplo de convivencia, respeto y solidaridad intergeneracional. Cada año, antes de la llegada de la Navidad, el alumnado participante dedica tiempo y creatividad a diseñar y escribir postales, recuperando además el valor de la correspondencia escrita a mano.

La alcaldesa de Tomiño, Sandra González, subrayó el valor humano del proyecto, destacando que se trata de “una de las iniciativas más bonitas que desarrollamos como concello, porque transmite cuidado, cercanía y comunidad”. En la misma línea, recordó que “las postales llevan mucho más que palabras: llevan ilusión, tiempo y la certeza de que en Tomiño nadie está solo en Navidad”.

Por su parte, el concejal de Mocidad, Agustín González, puso en valor el papel de la infancia y juventud, señalando que “con cada dibujo y cada mensaje, los niños y niñas aprenden valores fundamentales como la empatía, la solidaridad y el respeto hacia las personas mayores”.

En muchos casos, estas cartas tienen respuesta, dando lugar a pequeños intercambios epistolares que fortalecen vínculos inesperados entre generaciones muy distintas. Un gesto sencillo que convierte el Nadal en algo más profundo y compartido, reforzando el sentimiento de pertenencia a una comunidad viva y cuidadora como la de Tomiño.