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El Lanzo de la Cruz une de nuevo a portugueses y gallegos en el río Miño

La ceremonia religiosa del Lanzo de la Cruz volvió a reunir a las comunidades de Valença (Portugal) y Tomiño (Galicia) en una celebración cargada de simbolismo, música popular y fraternidad a ambos lados del río Miño.

La ceremonia religiosa del Lanzo de la Cruz volvió a reunir a las comunidades de Valença (Portugal) y Tomiño (Galicia) en una celebración cargada de simbolismo, música popular y fraternidad a ambos lados del río Miño.La ceremonia religiosa del Lanzo de la

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Fecha: 23 de Abril de 2025

Fuente: Jorge Alonso Daldea (Director Infomiño.com)

Miles de personas se congregaron este domingo en las orillas del río Miño, entre Cristelo Covo (Valença, Portugal) y Sobrada (Tomiño, Galicia), para vivir uno de los momentos más esperados del calendario festivo del Alto Minho: el Lanzo de la Cruz, una tradición centenaria que celebra la hermandad entre los pueblos de ambas orillas y que ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial.

El acto, punto culminante de las fiestas en honor a Nuestra Señora de la Cabeza, comenzó a las 16:00 horas con la llegada de los párrocos y comitivas en embarcaciones tradicionales de pesca al centro del río. Allí, las Cruces Pascuales fueron intercambiadas, besadas por los sacerdotes y ofrecidas al beso de los fieles, en un gesto cargado de espiritualidad y simbolismo de unión.

La cruz portuguesa fue llevada hasta Galicia, mientras que la gallega se dirigió hacia Portugal, en un intercambio ceremonial que simboliza la reciprocidad y el respeto mutuo entre las comunidades. Los sonidos de bombos, gaitas de foles, concertinas, pandeiretas y castañuelas acompañaron la jornada, poniendo banda sonora a este acto de profunda fe popular y orgullo identitario.

Además del carácter religioso, el Lanzo de la Cruz mantiene raíces en antiguos rituales paganos vinculados al agua y a la pesca, especialmente a la lamprea, que sigue marcando el calendario económico y cultural de la región.

Bajo un sol radiante, la celebración reunió a minhotos y gallegos en una jornada de convivencia transfronteriza, donde la historia común y la cultura compartida entre Portugal y Galicia se hicieron presentes una vez más.

El Lanzo de la Cruz no es solo una ceremonia religiosa: es una expresión viva de la memoria colectiva, que se transmite de generación en generación y sigue fortaleciendo lazos entre pueblos hermanos unidos por el Miño.

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