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Los mejores lugares para hacer turismo arqueológico en el Baixo Miño

Te dejamos una lista de los puntos más interesantes para conocer mejor la importancia arqueológica e histórica de la comarca

Te dejamos una lista de los puntos más interesantes para conocer mejor la importancia arqueológica e histórica de la comarca

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Fecha: 27 de Mayo de 2023

Fuente: Redacción

Además de por su entorno natural único, la comarca del Baixo Miño destaca por su incalculable valor patrimonial. Vivimos en un lugar de gran y valiosa historia, en el que se conservan numerosos hallazgos arqueológicos e históricos en todos sus municipios.

A continuación te dejamos una lista de los lugares más interesantes para hacer turismo arqueológico en la comarca, para todo aquel que quiera conocer mejor la importancia cultural e histórica del Baixo Miño:

 

1. Monte Santa Trega (A Guarda)

El Monte Santa Trega en A Guarda es, por muchos motivos, uno de los lugares más visitados de toda Galicia y sin duda el más reconocido de la comarca. Además de por su entorno natural único, con espectaculares vistas a la desembocadura del río Miño y la frontera con Portugal, el monte destaca principalmente por su alto valor patrimonial y arqueológico.

En sus laderas se sitúa un gran yacimiento arqueológico, un poblado celta de 20 hectáreas de superficie del siglo IV a. C. En él llegaron a vivir entre 3.000 y 5.000 habitantes de diferentes culturas. Sus excavaciones comenzaron a partir de 1912 por iniciativa de la Sociedad Pro Monte, siendo la última entre 2015 y 2016.

En el poblado se encuentran numerosos petroglifos de la época que pueden visitarse. A mayores, en las últimas excavaciones se halló una gruta única en la zona en la que había ocultos distintos utensilios y figuras de bronce.

A día de hoy solo una pequeña parte del poblado está excavada, aunque se considera el castro más importante de Galicia y del norte de la Península, lo que da a entender la gran importancia arqueológica del lugar.

El interés patrimonial del Trega es todavía más grande si tenemos en cuenta sus distintos cruceiros y una ermita del siglo XII, en la que cada 23 de septiembre se celebra la fiesta patronal.

Todos los veranos, el Concello de A Guarda ofrece visitas guiadas al poblado celta en horario de mañana y de tarde, siendo la oportunidad perfecta para conocer la historia e importancia de este hallazgo. En lo alto del monte se encuentra también el Masat, el Museo Arqueolóxico de Santa Trega, ideal para completar la visita.

 

2. Castro do Alto dos Cubos (Tui)

El Castro do Alto dos Cubos se sitúa en el Monte Aloia, en la entidad local menor Pazos de Reis, y es otro de los más relevantes de la comarca. Se trata de una pequeña aldea de entre los siglos II a.C. y III d.C. Debe su nombre al mirador O Alto dos Cubos o Cabeza de Francos, en referencia al barrio que se puede ver desde él.

Sus habitantes se dedicaban a la agricultura y a la ganadería, así como a actividades como la recolección, el curtido de pieles o la fabricación de objetos de piedra, bronce, cerámica, madera y hierro. Es quizás el primer asentamiento del que se tienen registros en Tui, y se sabe que fue utilizado como refugio por sus habitantes durante las invasiones que sufrió el Baixo Miño.

El poblado se divide en dos partes: una más alta, delimitada por una muralla, y otra en la pendiente noroeste del monte.

Existe una ruta de senderismo que recorre todo el poblado, de 4,5 kilómetros de longitud y de dificultad media-baja. Está señalizada con balizas de madera con flechas y números de color amarillo por todo el Monte Aloia.

El Concello de Tui ha realizado también numerosas actividades para darlo a conocer, como por ejemplo un recorrido teatralizado sobre la vida en los castros. El Castro do Alto dos Cubos es, sin duda, otra de las paradas obligatorias para conocer la historia arqueológica del Baixo Miño.

 

3. Castro y Área Arqueológica de A Cabeciña (Oia)

A Cabeciña es una de las numerosas zonas históricas que llenan los montes de Oia. En la parroquia de Mougás (Coto de Barcelos) se encuentra un área arqueológica que incluye petroglifos y un asentamiento castreño de hace más de 4.000 años. Pero la historia de este lugar no se queda ahí, ya que existen registros del siglo XVII que señalaban en la zona una fortaleza, el Castillo de Cabestán, un atalaya defensivo.

Por otra parte, los petroglifos y las casas encontradas son de diferentes épocas, lo que indica unha supervivencia del lugar a lo largo del tiempo y deja clara la importancia histórica de este yacimiento.

El nombre “A Cabeciña” viene de la peculiar forma de una de sus rocas, un gran peñasco con forma redondeada que parece una cabeza.

Entre 2013 y 2015 se realizó un gran trabajo de puesta en valor de la zona, recuperando el castro y señalizando los distintos hallazgos. Durante las excavaciones se encontraron nuevas cabañas, molinos y fragmentos de cerámica que permitieron conocer un poco mejor la vida en el poblado.

No se han hecho más excavaciones desde entonces. El castro puede visitarse por cuenta propia, y es además una visita muy interesante. Su situación privilegiada, en lo alto de los montes de Mougás, tiene unas increíbles vistas a la costa atlántica. Cada atardecer, los petroglifos se bañan de los colores del sol.

Por todo ello, este es otro de los lugares que no te puedes perder si quieres conocer el valor arqueológico singular de la zona, a la vez que disfrutar de su espectacular entorno natural.

 

4. Petroglifos de Ghorghalado (O Rosal)

Los petroglifos de Ghorghalado son las representaciones prehistóricas de mayores dimensiones conocidas en O Rosal. Se encuentran en la parroquia de San Bartolomeu das Eiras e incluyen hasta 350 grabados en piedra diferentes. Se estima que tienen entre 3.000 4.500 años de antigüedad.

Estos grabados destacan por estar realizados en esquisto, en un conjunto rocoso que se extiende hasta Monteferro (Nigrán), y no en granito, como es habitual en estos hallazgos. Este es otro de los ejemplos de la singularidad de este yacimiento.

Estos petroglifos fueron descubiertos en 2012 por casualidad por una vecina de As Eiras, y su excavación y limpieza se realizaron en 2015. Muchos de los dibujos siguen todavía ocultos, ya que esta zona era utilizada como cantera y gran parte de las rocas siguen enterradas.

La zona se encuentra señalizada y puesta en valor con paneles informativos por parte del Concello. Su nombre podría deberse al verbo utilizado en la zona ‘gorgolar’, con gheada, que se refiere a un brote de agua, ya que los petroglifos se encuentran cerca de la terraza fluvial del río Miño.

El valor arqueológico de la zona puede extenderse hasta 700 metros el Este de los petroglifos, donde se conservan los restos de un castro en el Alto da Madalena, conocido por sus impresionantes alcornoques o ‘sobreiras’.

En conjunto, un lugar que merece la pena visitar, ya que reúne algunos de los puntos de mayor interés patrimonial de O Rosal y de la comarca del Baixo Miño en general, además de ser un hallazgo único en Galicia.

 

5. Ecoparque Arqueolóxico Monte Tetón (Tomiño, Tui)

El monte Tetón, situado entre Tomiño y Gondomar, alberga un conjunto de grabados prehistóricos agrupados en varios puntos. A pesar de no ser tan conocido, es otro de los yacimientos arqueológicos más importantes de la comarca, tanto por su tamaño como por todo el trabajo informativo y de puesta en valor que se ha realizado en el monte.

Los petroglifos pueden visitarse siguiendo una ruta circular por el monte de 5 kilómetros y dificultad baja. Además, desde el monte hay diferentes miradores que permiten pararse a contemplar las impresionantes vistas a la comarca.

La zona está muy cómodamente recuperada, con plataformas de madera que permiten ver los grabados adecuadamente, y en todo momento con distintos servicios y bien señalizado.

El ecoparque incluye casi 200 grabados divididos en dos estaciones, entre los que destacan Portaxes y Real Seco, grandes conjuntos de anillos. El de Portaxes es un dibujo de 2 metros y medio de diámetro y es el que se conserva en mejores condiciones y con mejor visibilidad, y supone ya todo un símbolo para el municipio tomiñés.

El monte Tetón, situado en la parroquia de Tebra, es uno de los enclaves arqueológicos más importantes del sur de Europa, por lo que supone otro lugar del Baixo Miño que todo amante de la historia y la arqueología no se puede perder.

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