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27 trabajadores del Servicio de Prevención y Defensa Contra Incendios Forestales del Distrito 18 han sido cesados

El Distrito 18 abarca la Comarca de O Baixo Miño y otras zonas del sur de Pontevedra recientemente afectadas por incendios

En todo este tiempo, las precipitaciones han sido mínimas, el porcentaje de humedad es bajo y persiste una sequía extrema que hace que la biomasa vegetal pueda arder con suma facilidad.

Fecha: 22 de Noviembre de 2017

Fuente: ATRIFOGA

Tras la oleada de incendios y la tragedia, surgió el espíritu solidario del momento y aparecieron, espontáneamente, iniciativas de ayuda de voluntarios.
La Administración Autonómica manifestó que "los voluntarios ayudan, pero se necesita personal profesional todo el año"
 
Desde ATRIFOGA, valoramos y agradecemos el trabajo de todos los voluntarios, pero entendemos que no es su responsabilidad arreglar los problemas que vienen derivados de no tener un equipo profesional contratado todo el año.
 
En todo este tiempo, las precipitaciones han sido mínimas, el porcentaje de humedad es bajo y persiste una sequía extrema que hace que la biomasa vegetal pueda arder con suma facilidad.
 
Además, hay una gran oscilación térmica entre el día y la noche, con temperaturas altas - en pleno otoño- durante las horas solares y bajas en horas nocturnas, acompañadas de heladas que hacen que se reseque más la vegetación, incrementando el riesgo de incendio. Una prueba de que el peligro persiste es que la Administración sigue denegando los permisos de quemas y existe una prohibición expresa de realizarlas.
 
El cambio climático está generando, cada vez, sequías más intensas y esto, deriva en aridez extrema, lo que hace que los montes estén más propensos a arder por la acumulación de biomasa sin gestionar; a consecuencia del despoblamiento, de la falta de actividades agropecuarias y forestalales del Rural y del éxodo a la ciudad.
 
Todo ello, implica una desestacionalización del riesgo de incendios, ya que arde en cualquier época del año y no sólo en el verano (en 2017, por ejemplo, los peores meses han sido abril y octubre).
 
A eso habría que añadir la vulnerabilidad de las zonas periurbanas, en donde las zonas urbanas entran en contacto con las zonas forestales como pueden ser las urbanizaciones y los núcleos rurales, en los que  carecen de medidas de autoprotección, con el consiguiente problema de seguridad ciudadana para las personas y bienes materiales.
 
Ante este escenario, la Administración debe mudar su estrategia y sus políticas preventivas para poder hacer frente a una nueva tipología de grandes incendios forestales, explosivos y simultáneos, que colapsan los sistemas de extinción y de emergencias, desbordando cualquier tipo de previsión y que resultan devastadores con cientos o miles de hectáreas calcinadas.
 
La realidad es que el fuego forma parte del ecosistema y es preciso convivir con él para poder combatirlo con una gestión forestal ambiciosa y eficaz, creando una mayor resistencia del monte a esos ataques virulentos.
 
Con toda esta perspectiva, la Xunta - pese a su improvisación y falta de planificación - rectificó, tras un intervalo de 12 días, su postura inicial y reconoció que era necesario ampliar el tiempo de trabajo del personal de 3 meses del SPDCIF(Servicio de Prevención y Defensa Contra Incendios Forestales), dada la situación que se estaba viviendo y que hacía falta prolongar el dispositivo durante más días; sin embargo, 436 trabajadores fueron cesados el 12 de noviembre y el  próximo 30 de noviembre, serán cesados 626 fijos-discontinuos de 9 meses.
 
Concretamente en la zona de O Baixo Miño, englobada en el Distrito Forestal 18 que abarca parte de la zona sur de  Pontevedra y que ha sido afectada recientemente por incendios forestales, han sido cesados un total de 27 trabajadores.
 
El personal de 3 meses del SPDCIF(Servicio de Prevención y Defensa Contra Incendios Forestales) se va al paro, sin siquiera con derecho a un subsidio por su contrato temporal y precario, mientras empresas como SEAGA y TRAGSA están incorporando personal para participar en las labores de recuperación forestal de las zonas arrasadas por los incendios, la entidad privada Natutecnia sigue operando con gran parte de los trabajadores de las bases de helicópteros y algunos Ayuntamientos, mantienen - en sus plantillas - a cuadrillas y conductores.
 
ATRIFOGA vuelve a denunciar la hipocresía de su contratador (Xunta de Galicia) y esa política forestal encaminada a segmentar el dispositivo fomentando la descoordinación, a reducir y desmantelar los efectivos del Servicio Público (incluso, sin cubrir una buena parte de las vacantes que se producen) y a dar beneficio a empresas de gestión privada, dejando en la calle a sus propios trabajadores públicos, que son profesionales cualificados, eficientes y que saldrían más rentables.
 
Asimismo, ATRIFOGA recuerda que sus funciones no son sólo las de la vigilancia, detección, coordinación y extinción de incendios, sino las básicas tareas de prevención, regeneración forestal y emergencias rurales.
 
En este momento, urgen ejecutar los trabajos de consolidación del suelo y de recuperación de la cubierta vegetal protectora para evitar la erosión y el efecto arrastre de las cenizas hacia los ríos y las rías, con el consiguiente riesgo de contaminación de las aguas, afectando a la flora y a la fauna; así como las labores de rehabilitación de las infraestructuras. Dentro de ese grupo de trabajadores, hay técnicos y capataces forestales que pueden asesorar y dirigir esos trabajos y operarios que pueden efectuarlos.
 
La Xunta dirá que. "no hay dinero ni presupuestos, que los trabajadores no son necesarios, que no hay riesgo de incendio, que las condiciones climáticas son distintas "(todo ello verdades a medias), pero no podrán justificar que falta personal para recuperar nuestros montes cuando lo están contratando de manera externa y privada.

Este colectivo está integrado por 436 trabajadores profesionales que el Presidente de la Xunta, Sr. Feijóo y la Conselleira del Medio Rural, Sra. Vázquez, elogian ante las cámaras de televisión y de los que, rápidamente, se olvidan cuando éstas están apagadas.
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